Casi al final de la calle San Andrés, en frente de la iglesia, justo donde estaba la tienda Pidolti.
La cuestión es que me lo enseñó un compañero mientras íbamos a tomar un café rápido por la mañana y, por la noche, para mi sorpresa, fue el lugar de convocatoria para celebrar el cumpleaños de un buen amigo, Manuel.
La verdad es que con esa compañía no necesitábamos muchas más cosas para pasarlo bien, pero el sitio fue de los mas agradable y la comida, todo de picoteo, riquísima: croquetas, buñuelos de bacalao, hamburguesas de pan verde, y una especies de tortitas riquísimas.
Una pena que no me dio tiempo a sacar unas fotos mejores...