No es que sea una apasionada de la música, más bien tengo poco oído, por herencia familiar. Pero el otro día apareció un amigo con su guitarra en mano. Es gracioso como a partir de los 40 empezamos a tener nuevos hobbies, que vivimos con mucha más intensidad que nunca.
Este amigo descubrió que con un iPad y su guitarra, se puede comer el mundo, su mundo. Y allá donde va, lleva a su amiga íntima.
Así apareció en mi casa, y para mi sorpresa me enseñó como afina su guitarra con el mínimo esfuerzo. Enganchó el aparatito, y en unos segundos tocando cuerda cuerda la pantalla se iluminaba de dos colores, afinado y no afinado.
En seguida me vino a la mente mi padre, extuno, ajustando después de cada comilona familiar su guitarra.
Cuando me dijo el precio, se me iluminaron los ojos, 8 eur!!!
Siempre rompiéndonos la cabeza para encontrar un detallito para regalar y ¡ya tenemos nueva idea!
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